


Taller de juguetes autómatas en el Colegio Interamericano de Sahuayo, Mich.
Los alumnos y alumnas que realizaron este taller pertenecen al segundo año de nivel secundaria. Bajo la asignatura de Historia dirigida por el Mtro. Cesar Agustín Ríos González, se realizaron los trabajos de gestión para la organización de esta actividad, la cual se realizó en cesiones personales y trabajo en casa. Los resultados fueron muy interesantes ya que a partir de este ejercicio se pudo realizar un acervo de narraciones tradicionales pertenecientes a la comunidad de Sahuayo.

El cura sin cabeza
Joel Oregel Álvaro
En el tiempo de la Revolución, querían repartir las tierras a los señores del campo, entonces entre el hacendado y el padre se pusieron de acuerdo para decirles a las personas que no agarraran tierras, porque se iban a condenar. Y pues ya el padre en las misas les decía todas las personas de aquí del pueblo que los iban a condenar y que no agarraran tierras ya que iban a venir a repartir las tierras pero que ellos no agarraran tierras.
Pues ya después cuando se dieron cuenta las personas que andaban repartiendo las tierras vinieron y mataron al padre y al hacendado en lo que ahora es lo que es la Escuela Oficial, ahí los mataron, era la casa de campo del hacendado, ahí tenían capilla y daban misa. Entonces los colgaron en medio del patio de la Escuela Oficial, y ya con el tiempo las personas de aquí del pueblo empezaron a decir que en los columpios ahí asustaban, que salía el padre, qué se escuchaba el padre celebrando la misa y que también se miraban muchas personas colgadas en la parte de la escuela en el centro, porque colgaron muchas personas allí.
Y luego aparte también se escuchaba cuando el padre salía con el caballo y con su sotana, pero salía sin cabeza, recorriendo las calles por San Antonio y se escuchaba el caballo con cadenas. Muchas personas lo miraban y otras personas tenían miedo mirarlo cuando se escuchaba, porque se escuchaba muy feo por aquellas calles en aquellos tiempos.
El Fantasma
Diego Ávalos Ramírez
Les quiero contar que en una ocasión cuando fui a traer mercancía para mi negocio, en un pueblo cerca de Zacatecas, pero del estado de Jalisco, me hospedé en el curato del pueblo de Teocaltiche, en cuarto que tenía forma de cerrarlo por dentro. Estando acostado sentí la presencia de alguien a un lado mío, parado, quise voltear y no pude voltear, volví a querer voltear y sentía la presencia de una sombra, de algo fresco, algo frío, como telaraña, como estática y no pude. Hasta después de un rato, pude voltear y se me hizo muy raro y me levanté, busqué debajo de la cama, adentro del baño y no había nadie. Entonces fui a la puerta y revisé que estuviera bien cerrado, y si estaba bien cerrado, no le hallé explicación alguna, eso es todo.


El indio colgado
Jesús Pérez Yeo
Te cuento que iba por la calle Juárez la que está por la parroquia y le di el pase a un peatón, me le quedé viendo al peatón cuando iba cruzando y justo a la derecha vi al indio colgado, en una esquina y vi cuando lo bajaron y después de unos 5 segundos desapareció… Eso me pasó hace como unos 10 años, pero eso fue real.
El niño de los milagros
David Pérez Yeo
Se me ocurre contarte una leyenda de José Sánchez del Río. Cuando yo tenía 13 años mi papá, o sea tu abuelito, había ido a Ciudad de México. Él ya venía de regreso, pero en esa noche yo no había dormido, pero recuerdo muy bien como un niño se me venía acercando y me tocó y desapareció. Ya en la mañana mis papás llegaron y les conté lo que vi, ellos estaban petrificados, porque hace mucho tiempo, ese niño había sido colgado, además tu bisabuelo había sido el mejor amigo de ese niño y el niño llamaba la atención en las calles, porque se mete a casas a pedir ayuda, lo curioso es que no va a asustar a nadie, sino que va a pedir que recen.


El Señor del Perdón
Sebastián Sandoval Navarro
El pueblo de Cojumatlán tiene más de 500 años de existencia, el templo del pueblo tiene su santo patrono que es un Cristo hecho de madera, y hay una historia que platican de cómo encontraron y qué hicieron ese Cristo.
El Cristo se llama el Señor del Perdón, porque dicen que es una imagen de Jesucristo Crucificado que es muy milagroso, porque la gente viene de diferentes partes de Estados Unidos y de México a las fiestas que se hacen el 3 de mayo, de la cual cuentan una historia de unos vecinos del pueblo que estaban visitando una parte cercana del pueblo que le llaman el Arroyo.
Cuentan que un camichín[1] joven estaba desarrollándose y los vecinos del pueblo vieron que desde su tronco principal salían dos ramas a los lados que figuraba la forma de una cruz, fue tan clara la forma de cruz que tenía la rama para ser una imagen de Jesucristo o una cruz por lo menos para ponerla en el templo que no tenian en ese tiempo crucifijo. Decidieron cortar el árbol del camichín.
Ya cortaron el camichín y había de visita un artesano de Pátzcuaro y dice que cuando al artesano le mostraron el árbol que cortaron, que se quedó maravillado porque lo que veía en esas ramas cruzadas veía no solamente la imagen de una cruz sino el cuerpo y el rostro de un Jesucristo crucificado y él les comentó a los pobladores de ahí de Cojumatlán, que esto no va a ser una cruz, esta va a ser la imagen de un Jesucristo que yo creo ver en las ramas del camichín.
Entonces con los instrumentos de labrar, el artesano comenzó a quitar el sobrante que él decía que tenía la rama y en pocos días logró descubrir y formar en esa madera todavía fresca la imagen del señor del perdón
[1] Del náhuatl cuamichin, cuáhuitl, árbol y michin, pez. Fruto de la familia de las moráceas, del árbol del mismo nombre. Tiene forma globosa y es rojo o morado.
Inés Chávez
Daniela Gálvez Picazo
Contaba tu abuelito al que le tocó la Revolución cristera aquí mismo en Sahuayo que existió un general muy sanguinario, el condenado que se llamó Inés Chávez. Ese bandido, porque no era otra cosa hizo muchas fechorías y desórdenes en Sahuayo Jiquilpan, mató a muchas personas y secuestró con su gavilla las jóvenes de los pueblos, algunas volvían y otras no y cada que se acercaba ese sanguinario hombre por estas tierras, los familiares buscaban la manera de ocultar a sus hijas esposas o sobrinas para no ser secuestradas.


La batalla del cura contra el Diablo
Julián Ochoa Zepeda
También me contó mi abuelita, una historia que dicen que es verídica que un tío mío está casado con un familiar, de lo que le pasó a esa persona y pues dicen que sí fue cierto.
Resulta que en esa familia hay varios padres y como dos monjas y uno de esos padres pues dicen que eran muy bueno. Entonces un día, él vivía con una de sus hermanas, entonces en eso él como de costumbre en todas las noches se fue a dormir pero antes le había contado en su hermana que tenía varias noches que no podía dormir, porque él en todas las noches tenía una batalla y que él no se iba a dejar ganar esa batalla.
Entonces ese día estaba muy cansado él y se fue a su cuarto y como estaba muy cansado se quedó completamente dormido, pero en eso, él empezó a sentir que lo golpeaban, que los rasguñaban, pues así qué lo asfixiaban que lo estaban ahorcando y él al día siguiente pensó que lo había soñado, entonces cuando él se despierta, empieza a ver, osea, que todo su cuarto estaba todo regado, todo tirado, que la lámpara tirada, pues como si hubiera pasado un torbellino y a él le empieza a doler todo su cuerpo, al moverse al querer pararse que él empezó a sentir como que le dolía su cuerpo y se empezó a fijar que todas sus manos estaban rasguñadas, su cara estaba rasguñada tenía como mordidas en el cuerpo, entonces él empieza a reaccionar y dice, entonces fue real, no fue un sueño y él dice que él estaba luchando con el Diablo, que esa noche luchó con el Diablo.
Eso también me contaba mi abuelita y los familiares yo después les pregunté y sí dijeron que sí, que sí había sido cierto.
La Calzonuda
Miguel Ángel Pérez Gálvez
Su esposa era muy brava, brava, brava, entonces el esposo se enfadó, agarró su mula y sacó unas cántaras, las lleno de oro y se fue. Y estaba muy rico, tenía todas esas tierras acá saliendo de Sahuayo, pa arriba. Y a todos los trabajadores les dio gusto cuando se fue al señor, pero dijo uno, quién va a venir a checar, la Calzonuda, la mujer. Entonces, eso fue cierto eh. Y llegaban ahí viendo la Calzonuda trabajar y ya se murieron de ellos y se le quedó allí el nombre de la Calzonuda a esas tierras.


La casa de al lado
Armando Arceo Granados
Esto pasó en la casa de al lado, estaba vacía y durante un tiempo todos los días a la 1:30 de la mañana se escuchaba que tocaban la puerta de la calle, al principio no se nos hizo raro, porque días sí lo escuchábamos y días no, hasta que platicamos con vecinos y pues nos preguntamos que quién era, en cual casa tocaban todos los días a esa hora y todos decían, que todos dijeron que en su casa no, y pues así ya comenzamos a poner atención y salíamos a la calle y se seguía escuchando que tocaban la puerta.
Entonces una vecina platicó con la dueña de la casa y le dijo que, si estaba alguien ocupándola y le respondió que no, que desde que había fallecido su mamá nadie había ocupado esa casa. Entonces ya una vecina curiosa preguntó que a qué hora había fallecido la mamá, y le dijo que a la 1:30 de la mañana, entonces ya los nuevos que compraron la casa trajeron a un padre y le dieron la bendición a la casa y ya no se escuchó.
La cueva de la Tepuza
Crístofer Estanislao Amezcua Gálvez
Hay una leyenda muy bonita que es una leyenda muy misteriosa, es la leyenda de la cueva de la Tepuza. Es una cueva que existe por allá por el Rincón, es muy grande y hay mucho oro y muchas joyas, pero tiene a la entrada una puerta de piedra, una losa de piedra muy grande que solo se recorre con unas palabras mágicas y los que han sabido que han ido a sacar oro han querido decir las palabras, hay personas que sí se saben las palabras mágicas y al quererla abrir se abre al decir las palabras, pero se oye allá adentro una voz muy de miedo, como de un ser de otro mundo que dice, sí entras vas a tomar todo o nada, eso significa que si no puedes sacarlo todo, todo, si entras te quedas atrapado porque se cierra la puerta automáticamente, se cierra la losa de piedra.
Ahí adentro, hay muchísimos muertos, muchísimas calaveras de gente que se ha quedado atrapada adentro de la cueva, que entran y como no pueden sacarlo todo porque es muchísimo, se han quedado dentro y allí se quedan, ya los esqueletos ahí se los comen los animales. Entonces, hay gente que todavía quiere ir, porque cuentan que hay muchísimo dinero, muchísimo oro, pero ya nadie se anima por la cosa que no quieren morir allí atrapados, porque es una maldición, una maldición de esa cueva, pues ya no quieren arriesgarse. Hubo personas que se llevaron caballos y mulas y llevaban canastos muy grandes para poder poner las cosas, pero entraban y ni con los canastos grandísimos les cabía allí, ni en los costales tanto oro y pues se quedaban atrapados, porque ya nunca volvieron a salir. Entonces es una historia misteriosa, ojalá alguna persona saque todo, pero pues es imposible sacarlo todo, fue una maldición que alguien que ya está en el otro mundo dijo e hizo en esa cueva y se quedó ahí para siempre toda esa fortuna tan inmensa de oro.


La huida de Ocotlán
Moise Dominick Beauvoir Sandoval
Él decía que ya se los querían llevar a las armas, que ya los tenían escondidos debajo de las camas, hacían del baño donde podían y no los dejaban salir porque si los veía se los querían llevar los cristeros…. dicen que ellos tendrían unos 12 años, estábamos grandes pero chicos.
Que mi mamá lloraba mucho, porque decía que se los querían llevar y ahí los tenían encerrados en sus casas no lo dejaba salir del corral, comían de lo que su papá les traían, porque él andaba con los cristeros él era mandadero de ellos, mi papá era mandadero de ellos, iban a matar a mi abuelo por qué andaba con los cristeros hacía mandados a Sahuayo, Jamay y Cojumatlán, llevando y trayendo noticias querían matarlos por eso, el gobierno que cayó aquí no sé cuál era y fue por eso que desalojaron Cojumatlán, unos se fueron para Jamay, otros para Ocotlán, todos se querían ir.
La Mula Herrada
Jorge Emiliano Navarrete Herrera
Hace muchos años en el pueblo de Jiquilpan, se contaban diversas historias sobre seres mágicos y sobrenaturales. La gente del pueblo destacaba a un animal mágico en especial, el cual llamaban “la Mula Herrada”. Este animal legendario, tenía un pelaje de color negro, medía casi 2 metros de alto y poseía unos horribles ojos rojos, desprendía un olor a lodo podrido y lo que más llamaba la atención eran las herraduras hechas de oro y plata, las cuales le ayudaban a moverse entre el pueblo para que la gente no pudiera verla y así podía castigar a todo aquel que se portara mal.
En el pueblo había llegado un cura bastante guapo y muy amigable y de grandes ojos azules, hijo de un español dueño de mucho ganado. La iglesia necesitaba de bastante trabajo, ya que era necesario limpiarla y ponerla en orden todo el tiempo. El cura decidió contratar a una de las jóvenes más hermosas del pueblo, la cual era hija de un pobre vendedor de fruta.
El cura y la mujer, comenzaron un romance, la persona que sabía únicamente de esa relación era el herrero del pueblo, quien era el mejor amigo del cura, ellos desde niños siempre fueron buenos amigos y no quiso traicionar su amistad Sabiendo lo que hacía que no era lo correcto, cierto día por la noche un sujeto vestido de negro apareció en la casa del herrero y le pidió que cerrara su mula, ya que el cura la había mandado para que le hiciera el trabajo. El herrero realizó los deseos de su amigo y se puso a herrar aquella mula, colocándole las cuatro herraduras. Al otro día, el herrero fue a hablar con el cura para avisarle que necesitaba el pago del trabajo de ayer, el cura dijo que no había mandado a nadie y mandó llamar a su sirvienta, para su sorpresa cuando ella llegó hasta donde estaban platicando, el cura y el herrero pusieron cara de susto al ver que aquella bella joven se le habían herrado las manos y los pies.
Fue así como el cura comprendió que su pecado había sido castigado por la mula herrada y no por Dios.


La Mula Herrada, otra versión
Luis Fernando Valdovinos González
Me la platicaba mi papá y también se la escuchaba a mi abuelo, que era la forma de asustarnos para que no anduviéramos en la calle ya después de las 8:00 de la noche. Que en ese tiempo casi ni luces había, platicaban la leyenda de la Mula Herrada, que en 1920 cuando empezó la Revolución Cristera, en la que participaron los estados de Jalisco, Guanajuato, Colima y Michoacán, todavía había unos hacendados latifundistas, los indios estaban como esclavos al servicio de los ricos que a los explotaban y eran dueños de sus tierras y no tenían derecho alguno, ni de ver a los ojos de sus amos.
El capataz de la hacienda era de origen español y tenía una hija muy hermosa que era lo que más quería, pero sin embargo le empezó a cortejar uno de los mozos de la hacienda, pero al darse cuenta el capataz, que odiaba a los indios, mandó llamar a la acordada, que era la policía de la hacienda a aprenderlo en secreto para matarlo y tirarlo en el monte para que se lo comieran los coyotes y los perros. Ellos sabían que Luis y margarita, que eran como se llamaban los jóvenes que se veían en la huerta de la hacienda, en la más completa oscuridad Luis se brincaba la barda cuando comenzaba a oscurecer, cuando recibieron la orden, la acordada lo esperaron antes de que llegara Margarita, lo hicieron preso y se lo llevaron al monte donde lo martirizaron hasta matarlo y tirarlo en la barranca para que las fieras dieran cuentas de él.
Margarita lo esperó inútilmente y a los ocho días, pasaron unos arrieros y vieron una mandada de zopilotes, fue cuando encontraron el cuerpo de Luis, tenía comida la cara y otras partes del cuerpo. Margarita cuando lo supo, entró en profunda depresión y trastorno mental y por las noches se ponía la mejor ropa que tenía y se ponía a esperar a su amado, se ponía sus mejores botines, los tacones retumbaban en las callejuelas empedradas donde todas las noches se sale a buscar a su amado en su trastornada mente.
Desde entonces se escucha su taconeo, ya no se escucha mucho la han visto en determinadas calles confundiendo su taconeo con el herraje de las bestias, ya que desde la madrugada pasaban los arrieros con sus cargas de leña y carbón unos a Sahuayo y otros a la Calera, de ahí nació la historia de la Mula Herrada.
La ouija
Ximena Zepeda Zepeda
Esta historia le pasó a tu papá, cuando estaba niño, me contó que una vez se fue con su palomilla o sea todo el grupo de niños con los que se juntaba para ir a jugar fútbol, pero cuando llegaron al campo, uno de sus amigos sacó una ouija de su mochila y los invitó a jugar, de repente al momento que la agarró tu papá se comenzó a mover sola y cuando levantó la vista, vio del otro lado del campo de fútbol, como comenzó a formarse un ser que terminó siendo el Diablo, este le sonrió a tu papá y se desmayó cuando despertó le contó a sus amigos y ninguno le creyó desde entonces le guardamos mucho respeto a esas cosas del Diablo porque sí existen.


La cueva de los veintisiete mártires
Ariadna Daniela Chávez Gudiño
En 1927 se convirtieron veintisiete mártires, veintisiete cristeros en una cueva denominada la Tepuza del municipio de Sahuayo, fueron los contrarios del gobierno, y se los trajeron martirizando desde allí hasta la parroquia donde los martirizaron, después de que los ahorcaron a los veintisiete mártires, se vino una tormenta y barrió su sangre, estaba una asalia la cual se sacudió y los tapó con sus flores y esos mártires se encuentran en las catacumbas del Sagrado Corazón, y está su foto de ellos.
La Yegüita
Guillermo Sandoval Bravo
Sí, te puedo platicar algunas historias de mi pueblo, yo soy de Cojumatlán Michoacán del siglo pasado, de 1958. Yo en esa época, cuando estábamos niños, cuando yo estaba chico como de 8 o 10 años, había un señor que se llamaba don Luis y le decían don Luis “la Yegüita”. Ese hombre era un señor delgado, alto, moreno oscuro, con su pelo canoso. Yo lo conocí cuando tendría al menos unos 75 a 80 años de edad y siempre andaba caminando por el pueblo con una yegua, por eso le decían don Luis “la Yegüita”, porque dicen que toda su vida traía jalando una yegua o un caballo y yo creo que es su primer animal fue una yegua y por eso le pusieron “la Yegüita”, porque donde andaba él, andaba con su animal y su trabajo de él era traer leña del cerro y la vendía afuera de su casa o la entregaba en las casas donde le pedían y ese era su trabajo, era leñador.
Otras personas platicaron pero yo no lo oí de él, si no que otras personas del pueblo platicaban que don Luis había sido cristero, más o menos con lo que data en los cristeros, no recuerdo bien la fecha, pero alrededor de 1927, el ejército del gobierno mexicano envió a un destacamento de soldados a Cojumatlán, cuando ya se declaró la Guerra Cristera entonces llegaron y persiguieron a las monjas, a los curas que estaban allí en el pueblo y estos huyeron, y los del gobierno se metieron en el templo, contaba la gente que con sus caballos y a todos los metían ahí al atrio y los soldados hicieron un cuartel adentro del templo, entonces ahí tenían su cuartel y pues fue una ofensa muy grande para la gente del pueblo el que los soldados se hayan metido al templo y le faltarán el respeto y no respetarán las costumbres y las creencias de los de la población. Y cuentan, que don Luis “la Yegüita” y otros amigos de ahí de Cojumatlán se unieron ahí a un movimiento nacional de los cristeros y se fueron al cerro. cuentan que viajaban entre las barrancas. Hay tres barrancas, tres cerros grandes, entonces durante la guerra, se cuenta que ese grupo de cristeros se hizo experto en las guerrillas, en esconderse, en venir de repente y darse escaramuzas a balazos allí con los soldados y los soldados también los perseguían y mataban uno que otro y aquellos también mataban uno que otro soldado. Y ahí estuvo más o menos la guerra de la cristiada, entonces cuentan que don Luis “la Yegüita”, llegó a ser uno de los tiradores más buenos para atinar, a él le consiguieron un calibre 22, una escopeta y que había un general o un capitán de ese desacatamiento que era muy malo, pateaba la gente, hacía estragos en el pueblo, maltrataba a la gente, aparte era muy sanguinario y los perseguía, los cazaba y pues los mataba. Entonces unos de los guerrilleros más atinados era don Luis “la Yegüita” y contaban que con su rifle 22 que el capitán lo estuvieron espiando y qué buenas noches capitán subió a una de las partes altas del templo, un grupo de cristeros se iba entre los techos entre los corrales de las casas y don Luis se subió a un techo que estaba a cierta distancia del templo y desde arriba de uno de los techos dicen que le disparó al capitán este y que lo pegó exactamente en la frente y que el capitán quedó muerto ahí. Entonces es una historia que en los mismos soldados le tenían mucho respeto, aguas con “la Yegüita”, donde se nos atraviesa si nos pega en la mera maceta y se hizo famoso don Luis por ese disparo que hizo y esa muerte que le hizo a uno de los jefes del gobierno.


Los mártires de Sahuayo
Gabriela Lizzeth Valencia Ortega
Que, en aquellos tiempos, en la época de los cristeros, no dejaban que las personas que eran católicas fueran a misa, ni a los padres los dejaban dar misa, ni nada, pues quería el gobierno apoderarse de todas las personas. En la época de los cristeros muchos pelearon por defender la fe, entonces había muchas personas que las mataban, pero las mataban ahorcadas, los colgaban de los árboles. Acá por mi casa hay algunos árboles y también por la calzada que le pusieron la de los Mártires Cristeros, por allí también colgaban a muchos y también afuera de la parroquia mataron a veintisiete que hay hasta una foto dónde están los veintisiete muertos allí en el suelo afuera de la parroquia y esos mismos son los que tienen en el panteón junto a Joselito, todos los restos los quitaron y se los llevaron al Sagrado Corazón y ahí en el panteón pusieron los veintisiete árboles por todos esos que murieron por la fe, por defender la fe.
El milagro del patrón Santiago
América Renata García Silva
Hace 40 años me encontraba muy grave en el hospital santa María, me decían los doctores que mi bebé estaba muerto, tenía 7 meses. Yo le pedía mucho al apóstol Santiago, me iban a trasladar a Guadalajara ese día por la noche, yo acostada en la cama viendo hacia la pared de enfrente, vi que se formaba un círculo de luces muy bonitas de muchos colores, pero yo decía, ¿esas luces de dónde?, ¿de la ventana?, no hay cortina y el círculo de puros colores, muy bonito, vi la imagen de Santiago apóstol en medio de ese círculo de perfil, lo ví así no más un pasón. Y yo le pedía mucho que pues mi hijo estuviera vivo. Cuando me trasladan a Guadalajara y me empiezan a ver los doctores, me dicen que mi hijo no está muerto, le di gracias al patrón Santiago, mi hijo nació muy sano le puse su nombre como él y desde allí creo en la imagen de Santiago apóstol, sus milagros existen.


Los tres fantasmas
Luis Fernando Palacios Martínez
Me contó mi papá y que mi abuelo le contó a él, que hay una leyenda de tres amigos que eran muy unidos y que vivían en el Rincón de Sahuayo. Ellos se la pasaban todo el día juntos, les gustaba mucho ir al cerro a cazar pájaros. En una de esas salidas, uno de ellos al estar correteando unos conejos se cayó a un pozo que se hizo al pisar. Los otros dos amigos fueron a ayudarle y descubrieron que aquel pozo había dinero enterrado. Los tres abrieron la pequeña caja y respiraron un olor putrefacto. Los amigos pensaron sacar el dinero ese día, pero decidieron regresar al otro día con una mula para transportarlo y esconderlo para que no los asaltaran en el camino.
Juraron que los tres tenian que ir a sacar el dinero juntos. Pero al siguiente día los tres cayeron enfermos y no pudieron regresar, ese día murio uno de ellos en la tarde y otro en la noche y el único que quedaba vivo les platicó a sus familiares lo que había pasado y justo cuando les iba a decir donde estaba el dinero murió, porque se dicen sus familiares que los otros dos amigos llegaron para llevárselo con ellos y así irse juntos al cielo
La manda
Mariel Morales Ayala
Esta historia habla de la fe a la virgen y cómo ayudó a una anciana a poder descansar en paz. Cuentan las personas que había una ancianita que era devota a la Virgen de Guadalupe.
Cierto día mientras hacía de comer, sintió un dolor tan fuerte en el pecho que le paró el corazón y murió al instante sin avisarle nada a nadie. Sus hijos lloraron su pérdida, pero al término del velorio la señora comenzó a aparecerse y a mover las cosas de la casa, nadie entendía qué era lo que pasaba, hasta que en una ocasión la hija más pequeña escuchó los lamentos de aquel fantasma de la ancianita. La ancianita se le apareció a su pequeña hija y le contó lo siguiente:
-Mira hijita yo dejé 3 cosas pendientes antes de morir y quiero que me ayudes a cumplirlas, la primera es que tengo que entregarle un rollo de tela a mi comadre, porque se lo debo ella, me prestó tela, pero nunca se la pagué y quiero que le lleves uno. El segundo pendiente es que debo de comprarle una sotana al cura de Sahuayo ya que se lo prometí. Y el tercer pendiente es que yo me prometí a mí misma comprarme un cuadro grande de la Virgen de Guadalupe para poder rezar más augusto.
La niñita al terminar de escuchar a su mamá fantasma fue a contarle a los demás hermanos y les pidió que le ayudaran a cumplirle las últimas bandas de su madre, los hermanos cumplieron todas las tareas que quedaron pendientes y fue así como la viejita pudo descansar en paz


La aparición del patrón santo Santiago
Alejandra Anaya Martínez
Hace mucho tiempo atrás, cuando los indígenas de Sahuayo vivían tranquilamente trabajando sus tierras, llegó un gran grupo de españoles que venían a conquistarlos. Se dio en ese tiempo un gran enfrentamiento entre los españoles y los indios de aquí de Sahuayo. Los indios de aquí eran muy bravos y les dieron pelea a los españoles, pero estos tenian mejores armas y estaban masacrando a los pobres indios.
En ese momento apareció el patrón Santiago con su caballo blanco reluciente y vio que los pobres indios estaban siendo masacrados y se compadeció de ellos, fue entonces que el patrón Santiago se puso a pelear al lado de los indios y estos se asombraron y comenzaron a venerarlo y así tomaron más fuerza. Cuando los españoles vieron esto salieron asustados de allí. Desde ese día todos los indios de Sahuayo agradecen al patrón con muchas oraciones y una gran fiesta.
El caballo de las tres patas
Andrés Alejandro Navarrete Herrera
Cuentan las gentes de antes que, en los cerros por el camino real viejo de Sahuayo, había un señor que quería y cuidaba mucho a su caballo, un animal grandote y muy blanco. Este animal era su mejor amigo y le ayudaba en todas las tareas del campo, sin él no podía hacer mucho el señor.
Cierto día, estaba el señor comiendo y vió como unos borrachos golpearon al caballo hasta matarlo, cortándole una pata, la cual se llevaron como trofeo. El dueño del caballo le lloró mucho y juró que se vengaría. Cuando estaba enterrando a aquel animal, comenzó a ver que el color del pelo del caballo se volvió negro como la noche, fue tanto el dolor y susto que le provocó ver tal evento al señor, que a este le dio un infarto y se murió.
Esa misma noche, los borrachos que le habían mutilado al caballo estaban sentados a la orilla de un cerro, cuando de un momento a otro, comenzaron a oir los casquetes de un caballo y así se les apareció el caballo de las tres patas que les venía a reclamar por la muerte del señor y de su pata. Los borrachos no se pudieron mover y los pateó hasta matarlos. Al no encontrar su pata el caballo sigue andando entre los cerros de Sahuayo, buscando su pata perdida.
